sábado, 6 de marzo de 2010

Y SIN EMBARGO

Dicen que la felicidad no conoce de países, fronteras, corazones…
Dicen también que el dinero no la da, pero la facilita
Y sin embargo la felicidad no es eso
Dicen que la ignorancia la incrementa
Y quizás sea cierto, pues cuanto más nos empeñamos en conocer el sentido de vivir
El rumbo de nuestros pasos y el porqué del mundo, más desdichados somos por la puta realidad
Desganados, contrariados, incrédulos, abnegados…
Y sin embargo una mañana nos levantamos y la encontramos en la cara de un niño o en la sonrisa de un ser querido
Porque quizá si fuéramos ciegos seríamos más felices
Quizá y solo quizá así, nos esforzaríamos por contactar físicamente con el prójimo para sentir seguridad, dejando a un lado lo material, lo abstracto y lo meramente pasajero
Porque a fin de cuentas, ¿qué queda?, Imperios, naciones, yates, rascacielos…
Para nada
Solo queda la huella que dejamos al pasar, esa huella de la que somos dueños y responsables
Y sin embargo malgastamos nuestra vida en lo material y lo trivial
Puede que cuando mis manos tiemblen y mi mente olvide
Requiera de esos rascacielos, imperios y yates
Y prefiera ser ciego para ser feliz
Sordo para ignorar
Y demente para olvidar
Y sin embargo, ahora te prefiero a ti