Quizás, al interpretar encontremos con timidez
A tipos como Ezequiel
Espontáneo y buen amante, contaban sus coetáneos
Receloso y sí, elegante
Aun vistiendo longa pana y portando barba tal
Que aquello de los baños, se le quedara distante,
Decidió tener como amante, a su prima la soledad
Tiñendo su madriguera, color brumo y oscuridad
Desechaba lo femíneo por importuno trance
Masturbaba eso sí su ego, para nunca llegar a olvidarse
Que lo placentero no versa con el ermitañerismo
Alcanzando por uno mismo un colmen tal
Que el más fiel compañerismo,
Tomaba forma de pentagrama manual
Por todo esto y mucho más
no vacilé en conocerlo
Ezequiel mereció la pena y no es que no quisiera vernos
Es que no nos comprendía y su edad le iba advirtiendo
Que le pasaba una
Y no más
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